Rusia se ha enamorado de España. La situación actual ha hecho que los grandes empresarios rusos inviertan en inmuebles españoles, garantizándoles el consulado en Moscú el visado de gratis por nueva normativa. Es criticable la forma en la que un gobierno emite discursos de serenidad a su pueblo y en cambio utiliza estrategias poco premeditadas y que salgan del paso a corto plazo sin ver las consecuencias en un futuro no muy lejano.
La costa del Sol se ha rehabilitado, tras el caso Malaya y los buenos años de Gil, con estos pseudoeuropeos construyendo y comprando mansiones con valor de dos cifras en millones de euros. Una barbaridad, la cual podría asegurar que ningún vecino de clase media, y casi tampoco alta podría pagarse el capricho. Volvemos a las andadas, como cuando en época de crisis económica, se intentó dar salida fomentado la industria de este país allá por 1860 favoreciendo la industria. Ni que decir tiene, que los europeos, que eran los que tenían dinero para invertir en proyectos que tenían salida, pues nuestras tierras eran puramente vírgenes, se llevaban todos los capitales y ayudas del Estado, contratando a cuatro paisanos y dándole un sueldo para satisfacer y comprar aparte su manera de pensar. Las minas abandonadas, que todavía tienen material de sobra, ahora son compradas por ingleses, rusos e incluso franceses, como sucede con los equipos de fútbol, donde se suman sobre todo los jeques árabes. No sabe este país descolgarse el cartel de “Se vende” y es que con todo lo que nos ha venido encima, parece que nos gusta volver a las andadas. Pues bien, amnésicos, dejemos que la cabra tire al monte, que ya se volverá a despeñar.
Es poco ambiciosa la clase española, encerrados en sí mismos, son poco emprendedores. Ese ánimo que tienen muchos otros foráneos y aptitud en ver la oportunidad donde otros si quiera ven nada más que ruinas. El ejemplo simple es en que hay miles de aldeas y pueblos que se venden, enteros, sin más. Y son comprados por extranjeros, porque mientras el pensamiento nacional es: “¿Yo? ¿Un pueblo viejo? ¿Para qué? Con ese dinero cojo y me compro un apartamento en la playa” el apartamento que ha hecho el ruso y que te cuesta 200.000€. Mientras que el extranjero es: Un pueblo entero ¿por 45.000€? Lo compro, lo arreglo, y como está muy de moda el turismo rural vendrá mucha gente, me gano 500.000€ y ya tengo pueblo y casa en la playa.
En efecto, así somos. Queremos todo y ya. Bueno, bonito y barato, y de colmo, que nos convenza. Déjense de cervezas, birras o pintas y tómense unos traguitos de la amarga crítica que merecemos. Que en esta casa nuestra se le está dando mucha ayuda al arrendatario y miserables al arrendador. Procuren tener ese “pesqui” como tanto se dice en el campo andaluz, que traducido queda un término algo así como: “viveza, capacidad para darse cuenta de las cosas”
Levanten este hundido país, sin esperar a que otros vengan a levantarlo. Que luego vendrán las quejas de por qué no hay café para todos.
Sire
0 comments:
Post a Comment