Enrollaría como caña de pesca los kilómetros de mar que me separan de unos ojos, Lucía, que andas y andas y yo me muero con las palabras en la punta de mis labios. Anda, Lucía, no seas malita, y deja que le escriba un poema. Dicen que los acentos son para el oído, como para las flores la primavera, vamos, guapita, mamita, anda, Lucía, no seas malita y deja que le escriba un poema. Tus playas se posan sobre mis ojos, y otros ojos se van y vuelven, pero el sol besa los muslos de las playas de mi tierra, todo el año. Anda, Lucía, no seas bobita y déjame probarlo. Enrollaría como caña de pesca los kilómetros de océano que nos separan, ojitos guapos, anda, Lucía, dile que el agua de sal, es la misma agua salada, en San Juan, Barcelona o Granada.
José Alberto Márquez Gomila
José Alberto Márquez Gomila
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