Fue nuestra Marilyn española. Sara Montiel, actriz de prestigio y reconocida en todo el mundo debutó y asentó su carrera con el exitazo de “El último cuplé” en 1957. ¿Quién no la recuerda con su cigarro en la mano y esa sensualidad seduciendo al público mientras cantaba aquella canción de Gardel: Fumando Espero? Sarita era sin duda la revolución en los años grises.De las primeras, por no decir la primera, en llegar a aquel Hollywood de blanco y negro, codeándose con James Dean, Gary Cooper, Burt Landcaster. Figura inédita que supo envalentonarse y plantar cara a las actrices americanas. En sus viajes por México y Estados Unidos se casa, con nacionalidad mexicana y civilmente con el que sería el primero de cuatro, Anthony Mann.
La desnudez le sabía vulgar, y sin lugar a dudas, no necesitaba quitarse ropa de encima para moverse como se movía. Cuando el cine español estaba plagado de historias con niñas huérfanas e internas en colegios de monjas, o de la guerra de la independencia con Juanita Reina como Lola la Piconera , cae en gracia al público, aunque no del todo al régimen, que giró la cara y se aprovechó, sirviéndose de la actriz para tratar con los países de la URSS en plena guerra fría.

Cuenta que cada año se le invitaba al cumpleaños de Pablo Picasso, cuyas ideas gozaban de simpatía con las bondades del comunismo, pero nunca pudo asistir por la negativa del General, por ver si al pintor, que pintó una lámina en años de guerra titulada, algo así como, “Sueños y mentiras de Franco”, lo que le hizo a aquel que solo tenía un testículo, por batallitas pasadas, tener una espinita que no se quitaría en toda su vida.
Esta singular dama, conocida por esa voz que siempre mantuvo porque nunca tuvo, amiga de los más afamados personajes nacionales y foráneos. Le han surgido relaciones y amantes, emparejadas con toda heterogeneidad en el estrellato, fuera verdad o no, era Sara Montiel, mucha Montiel y belleza exquisita que conquistaba cualquier plaza.
Pudimos darle el último aplauso, por sus dorados años, a esta veterana artista, esta misma mañana cuando atendimos a la noticia de su fallecimiento. Cincuenta y siete años de carrera sobre los escenarios, y ahora, querida Sara sin más remedio se acaba esta obra cerrándose el telón.
Un sereno y sencillo homenaje a nuestra diva más galardonada. Una de sus últimas actuaciones.
Sire
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