Thursday, March 14, 2013

Posted by Unknown | File under :

Daba inicio la historia en medio del jolgorio ambiente de las bacanales y festejos carnavalescos más célebres de Venecia. Una venganza que invitan, desde las primeras líneas, al lector a participar tras el atrezzo de arlequín y las exuberantes máscaras, de aquellos que admiran el caminar de las góndolas por las calles que dan sus pasos al mar.

Uno de los grandes vinos, el placer del sabor más puro de Italia, el Amontillado, ofrecido a un gustoso entendedor de tal delicia, que le sabría a veneno. Muestra Edgar Allan Poe su cara más amarga, tras la muerte de su esposa Virginia Clenn, cuando escribe esta historia en la que el infortunio se codea con el sarcasmo, al bautizar al asesinado como Fortunato. Mil veces fue la hipérbole utilizada para bastarse de justicia el narrador de esta historia, y nervioso pero seguro para encomendarse en llevar a cabo el frívolo plan en contra de su conocido, el desafortunado Fortunato.

Convencer a una persona que está fuera de la totalidad de sus capacidades, adulteradas por el alcohol, entre otras cosas, es, como una novela de Agatha Christie que me acaba de llegar a la mente y deja este mensaje: matar es fácil. Pues es, por tanto esta primera persona, irreconocible ante el jolgorio, la que embauca a su víctima para que lo acompañe a degustar el buen vino del barril de Amontillado. Un paseo por la noche fría, alejados del ambiente y del entorno para adentrarse en la oscuridad. En la gélida mirada de una luna soberbia que ve el desenlace futuro entre los recovecos de las criptas y nichos por donde danzan estos dos gatos pardos.

Nosotros, que inocentes nos iniciamos en la historia, no solo somos conocedores del trágico final, sino que también formamos parte del asesino, de su mente y de sus intenciones. Cómplices in situ, que soportamos el haber mantenido en secreto, con nuestra lectura, la muerte anunciada, de un caballero, que, según el narrador, le arrebató el honor a base de injurias.

Por ser escrito a finales de la trayectoria de Poe, cuenta esta historia con el conocimiento de todas las técnicas manejadas del autor, lo que hace acentuar la intensidad y dinámica, sin dejar descansar ni un solo instante hasta el final los pasos que se dan para consumar la muerte de Fortunato.
El maestro del terror da forma a un final que el inconsciente no hubiera tenido en cuenta, llevando el suspense hasta el atajo de la sorpresa, cuando sutilmente ni el muerto ni el vivo saben lo que está pasando y confunden los papeles. Pero el final, el enclave que se rige al término de la historia es donde reside el poco humor de la obra, donde Poe lanza un suspiro al viento mofándose del moribundo que yace entre la ristra de huesos apilados en temibles columnas. Descanse en Paz decía, como punto final a un vivo que pasó a mejor vida.

Sire

0 comments:

Post a Comment

ban nha mat pho ha noi bán nhà mặt phố hà nội