Hace diez años los españoles salieron a la calle bajo un mismo motivo, su repulsa a la guerra de Irak que había comenzado de madrugada.
Las míticas conversaciones entre los colegas del ayer, el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, que seguía los pasos de su padre, Bush Senior, cuando en 1991 ya había puesto en su ojo de mira Oriente Medio; el presidente del gobierno español, José María Aznar López; y el primer ministro británico, Tony Blair. A estos tres también se podría apuntar al convite Durao Barroso. Ya creaban alianzas y zanjaban asuntos de Estado por cuenta propia.
Estos tres señores, principalmente, alimentados en el ranchito de Texas de Bush, donde se codeaban con la primera potencia mundial, se regocijaban de su poder y de llevar a cabo una guerra que nadie apoyaba, con tal de invadir y eliminar a un dictador, como lo era Sadam Hussein, que le daba la contraria a los Todopoderosos Estados Unidos de Norteamérica. Y que no vengan con el cuento de que querían salvar la democracia, cuando fueron los yankis los que se cargaron las Provincias Unidas de Centroamérica –tal como lo dejamos tras el Imperio- para disolverlas en miserables países nutridos de pobreza que no pudieran hacer frente a ningún ataque importante. Al igual que ayudaron directa y activamente a Fulgencio Batista, Pinochet y Videla, como ejemplo, entre otros, para ponerlos en el poder y ganar ventaja en las relaciones internacionales, al estilo napoleónico, al estilo de la masonería.
Y entonces fue cuando, como muchas otras veces había pasado, al pueblo, a su mayoría se le hizo caso omiso, haciendo que nuestros soldados, involucrados en una guerra que no les correspondía lucharan para valientes. Cuántas vidas sacrificadas, cuántas familias sintieron el dolor de aquella batalla sin pies ni cabeza. Cuánta conmoción sintió España aquella mañana del 11 de Marzo, cuando Al Qaeda daba respuesta de su venganza por la intervención, como había hecho años antes, un 11 de septiembre en Nueva York.No tenemos costumbre de ser beligerantes, aunque sí personas de mucho carácter. Comprobable en nuestra neutralidad en las guerras mundiales habidas y por haber. Aunque eso no quita que España haya luchado ella sola contra toda Europa simultáneamente en varios frentes y logrando tantos éxitos como fracasos. Cuando todavía quedaba porvenir y se defendía el honor con la sangre de aquellos viejos Tercios que luchaban por mantener el orgullo y valía al imperio. Pero centrándome en el último siglo, fue la Guerra Civil , el hecho más remarcable de nuestra reciente historia, cuya explicación no acaba hasta cincuenta años después. Una brecha abierta que derrama el sentimiento hostil que corre por unas venas ya desgastadas.
Recientemente ha salido a la luz un vídeo que pone en evidencia a nuestros soldados en los primeros años de Irak en el que se apreciaba el maltrato a civiles de aquel país. Una repugnable actitud que por desgracia tiene lugar. Desalmados que se aprovechan de la debilidad de los indefensos. Cobardía del hombre que se enfrenta al hombre por mediocridad. Fue aquella guerra, sin duda, un pulso para medir la dudosa primacía del capitalismo, tras la Fría y la caída de la URSS , suspiro de los Zares. Una prueba de superioridad más en la creída personalidad de aquellos que se retrataron en los Azores y no en Perejil por decir que el momento era muy importante e histórico como para hacerlo en una isla de risorio nombre. Hace diez años salimos a la calle a decir No a la guerra y no nos escucharon. Hace diez años…
Sire
0 comments:
Post a Comment