Apellidado Pérez, este ágil aventurero ha llevado consigo la felicidad a las casas, de todos aquellos niños a los que les tocaba la época de mudar los dientes. Nacido en 1894, este nuestro entrañable ratoncito ha sabido quedarse fijo sin que nadie le rebata el puesto durante todos estos años. Con la misma jovialidad y en secreto, cada noche ha hecho de sus habilidades muestra, para poder continuar con esa tarea que se le encomendó, cambiando tesoros por perlas de blanco marfil, como son los dientes de nata y leche que nacen a las primeras edades.
Es este mes de febrero, tributo al insigne Ratoncito Pérez, pues uno de sus personajes principales y amigo, acaeció en su lecho el último día de este mes -en año no bisiesto-. Éste no era otro que el mismo Rey, quien batalló alguna que otra aventura con este personaje inmortal de la literatura española.Coincidiendo con que al Rey niño, Alfonso XIII, con ocho años se le cayó un diente, desde Palacio, llamaron al Padre Luis Coloma (1851-1915), jerezano de la Orden jesuita (fundada por San Ignacio de Loyola) para que le escribiese un cuento, ya que él era un escritor de literatura infantil, y posteriormente, miembro de la Real Academia Española de las Letras.
“El rey niño Buby I colocó su diente debajo de la almohada, como es costumbre hacer, y esperó impaciente la llegada del ratoncito. Ya se había dormido cuando un suave roce lo despertó.”
Buby era el nombre con el que la Reina Madre , Maria Cristina, llamaba a su hijo. Y con el mismo se plasmó en el cuento. Un día en el que el rey se le había caído un diente, lo puso, como es tradición, bajo la almohada, y por la noche, al despertarse cuando notó algo pequeñito sobre sus sábanas, se encontró y una cordial conversación entre amigos compartió. Tras esto, Buby fue con el ratoncito Pérez, a la casa de un niño pobre donde iba a recoger un diente. Buby, cuando regresó a Palacio, recordó que el niño rezaba las mismas oraciones que él, y eso mismo le preguntó a su madre “Maria Castaña” a lo que respondió que era porque son hijos de Dios, y entonces hermanos.
El rey sorprendido le preguntó a su madre, que porqué si eran hermanos, él era el rey, y el otro pobre. Se apretó la reina contra su corazón y le besó en la frente: Porque tú eres el hermano mayor, que eso es ser rey...¿Lo entiendes, Buby...?. Y Dios te ha dado de todo para que cuides de que tus hermanos menores no carezcan de nada.
El Ayuntamiento de Madrid rindió un homenaje a este ratoncito de leyenda instalando una placa conmemorativa en la calle del Arenal, número 8, de Madrid, el mismo lugar donde el padre Coloma situó la vivienda del roedor, con el siguiente texto: Aquí vivía, en una caja de galletas, Ratón Pérez, según el cuento que el padre Coloma escribió para el niño Rey Alfonso XIII.
Sire

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