Muchos han sido los acontecimientos que ha presenciado nuestro planeta en menos de una semana. Signos de todo tipo, que desatan las profecías de Malaquías, abierta la caja de Pandora, todas las desgracias se han vertido sobre este mundo. Empecemos por recordar:
En primer lugar y más conocido, el meteorito visto desde California o Cuba, y caído finalmente en los Urales, no provocando víctimas mortales, sino considerables daños materiales y heridos; a ello, y con un toque paranormal, dos supuestos ovnis captados por el radar al norte de Madrid; la más sorprendente, y que paralela a otras dos, la renuncia inesperada del Papa, que inquietante nos deja a todos por ocultar los motivos que lo evidencian, además de caer un rallo sobre el Vaticano esa misma noche, y soportar la provincia de Roma un terremoto cercano a cinco en la escala de Richter.Benedicto XVI, asiduo a viajar a l’Aquila, donde reside el cuerpo incorrupto de Celestino V, Papa que renunció y que después de dos años de sede vacante anunció que algo malo pasaría para la Iglesia sino tenía lugar la elección de un nuevo sucesor, así mismo, los miembros del colegio Cardenalicio, lo eligieron de nuevo a él, sin que lo supiera.
Las Profecías de san Malaquías, como mencionaba anteriormente, son dos textos que se publicaron en 1595 y en 1690 y durante siglos se atribuyeron al arzobispo católico san Malaquías de Armagh (1094-1148). Donde supuestamente se le asignó un lema correspondiente a cada papa de la iglesia católica, hasta el fin de los tiempos. Así mismo, éstos, han sido muy acertados, en las primeras y un poco más ambiguas en el resto. De todo esto podría decirse que algunos miembros partícipes del Cónclave, son incitados, quizá, para que las coincidencias tengan pie y así revalorizar algo escrito hace casi mil años.
El significado espiritual no debe de perderse, sabiendo que el Papa es el representante de Dios, sentado en la silla de Pedro, el cual sigue teniendo las llaves que abren las puertas del cielo.
Una de las profecías más apocalípticas que quitan el aliento y sumen de ansia a todos aquellos conocedores de todo esto, es la de Pedro el Romano.
Como ya ustedes saben, Pedro I, fue el primer Papa, y Pedro II, el Romano, sería el último.
No faltan quienes dudan de la autenticidad de las profecías. Asimismo, entre los que sí dan crédito a las mismas, existen múltiples interpretaciones sobre este supuesto último papa. Sobre la destrucción de la ciudad de siete colinas se ha pensando desde la destrucción de la ciudad de Roma hasta la destrucción física y doctrinal del Vaticano y con él el fin mismo de la Iglesia Católica.
Una segunda interpretación afirma que Pedro II (El Romano) decidiría cambiar la sede del papado de Roma a Jerusalén, por ser esta ciudad cuna de la fe cristiana.
Existe una teoría según la cual Pedro Romano sería Tarcisio Bertone, actual secretario de Estado del Vaticano y que ocupará el lugar de Camarlengo durante el Cónclave, cuyo segundo nombre es Pietro (Pedro en italiano) y nació en la localidad de Romano Canavese.
El Cónclave siempre ha sido un momento de oscuridad e intranquilidad, la sede vacante ha hecho inestable y seguro que saca a la luz mucho de los temas, que inevitablemente, los extintos Estados Pontificios presentan. Así pues, es duro saber que el Papa, siendo cabeza espiritual de una religión con millones de seguidores, el hombre que supuestamente está más directamente en relación con Dios, no mande, ni tenga ninguna potestad sobre la jefatura del Estado. Existe una guerra civil interna dentro de la capilla Sixtina, una corrupción muy sucia, y un problema serio con las inversiones del Banco Vaticano, sin dar ningún ejemplo. También sale a la luz el tercer secreto de la Virgen de Fátima, que, Juan XXIII, al leerlo y estar tan horrorizado en los años sesenta mantiene el secreto y no publicarlo, éste mensaje fue pasando de Papa en Papa, lacrado, hasta Juan Pablo II.
En ella se habla de que un obispo vestido de blanco sería disparado en medio de una ciudad en ruinas, y ese día, el que se apareció la virgen en Fátima, pero en 1980, el 13 de Mayo, el Papa fue disparado. Cuando eso tiene lugar, una monja ve al tirador, al que se le perdonó, y se tira a los pies haciendo que falle el tiro certero que hubiera acabado con la vida del Pontífice. La medalla que llevaba el santo padre era de la Virgen de Fátima, al igual que el nombre de esa monja. Juan Pablo II vive el momento, y Joseph Razringer, Benedicto XVI, interpreta y estudia minuciosamente esta vasta coincidencia mientras era cardenal.
No ha tardado Dan Brown en ponerse manos a la obra en relacionar a Dante y Celestino V en una novela titulada, algo así como, “Inferno”
De todas formas, ni que decir tiene de la atención que pondremos todos el día 28 de Febrero, a las 20.00, cuando se inicie la Sede Vacante.
Sire

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