Thursday, February 28, 2013

Posted by Unknown | File under :

Fallecía en 1941, tal día como hoy, un frío 28 de Febrero en Roma, el que fuera rey de España en el exilio, Alfonso XIII, el Africano. Un rey del que poco se sabe, no más que de sus gobernantes desprestigiados y su aparente indiferencia. El rey no gobierna, sino reina, que es tarea más ardua y difícil, la de aconsejar y corroborar la equidad en la política. Quiero por tanto, en este día de hoy, indicar algunas de las acciones que este miembro de la casa de Borbón, que nació siendo rey de un Imperio debilitado, hizo con buenas intenciones:

Quedan para la historia las acciones que durante la I Guerra Mundial, organizó como monarca de un país neutral, entre ellas la Oficina pro-cautivos, posiblemente la primera acción humanitaria gubernamental registrada en la historia, con el fin de intentar conseguir respuestas a los familiares que no sabían nada de sus parientes militares o civiles en zona de guerra.

El monarca fundó este organismo de una forma independiente del gobierno, para no comprometer su neutralidad. Así, con fondos propios de un millón de pesetas, estableció en el Palacio Real una secretaría donde llegaban las solicitudes de información e intervención para con los prisioneros de ambos bandos; cosa que fue posible gracias a los buenos contactos y relaciones del rey con los diversos países contendientes. Se sirvió de las embajadas para conseguir información de los presos y permitió poner en contacto a prisioneros de guerra de ambos bandos con sus familias. Salvó así a aproximadamente 70.000 civiles y 21.000 soldados, e intervino a favor de 136.000 prisioneros de guerra, llevando a cabo 4.000 visitas de inspección a campos de prisioneros. Intervino también a favor de que en la guerra submarina no se atacara a los buques hospitales, proponiendo instaurar una inspección neutral de militares españoles de estos barcos en la salida del puerto y la entrada. Consiguió con la aceptación de esta solicitud que ambas partes en conflicto no volvieran a repetir la trágica acción de torpedear buques con la bandera hospitalaria, como había sucedido en el pasado. La oficina tenía un volumen tal de peticiones que los voluntarios que trabajaban en la organización no descansaban ni en días festivos.

Además, es destacable la voluntad del rey de intentar liberar y llevar a España a la Familia ImperialRusa, secuestrados tras la revolución bolchevique en plena Guerra Mundial. Toda la diplomacia se encaminó en hacer posible la liberalización de la familia Romanov por parte de embajadores y secretarios de Estado españoles, como fue el granadino Fernando Gómez Contreras, jugándose la vida en un país empobrecido y receloso a todos aquellos que tenían monarquía como sistema.

La frustración por no conseguirlo fue devastadora para el ánimo del rey. La primera razón, obviamente, fue la indiferencia de las potencias mundiales en relación con la suerte de la familia imperial rusa. La republicana Francia decidió no mover un dedo para salvar al zar, y lo mismo sucedió con Estados Unidos, cuya opinión pública por otra parte era muy sensible desde hacía años a la propaganda anti-zarista que acusaba a Nicolás II de anti-semita. Sin embargo, no reaccionaron mejor las potencias monárquicas. Ni Guillermo II ni Jorge V hicieron esfuerzos por salvar a su pariente Nicolás II, una circunstancia aún peor en el caso del monarca británico, ya que Rusia podía haber firmado una paz por separado en 1916 y no lo hizo por la lealtad inquebrantable del zar hacia sus aliados, es más, Jorge V, primo del zar, optó por cambiar el apellido Coburgo-Gotta, por Windsor, para romper cualquier asimilación del káiser enemigo con el siempre aislado y victorioso pueblo británico. Finalmente, países pequeños como Dinamarca o Suecia hubieran deseado colaborar en esa tarea pero sólo recibieron frías respuestas de Gran Bretaña. Al fin y a la postre, sólo Alfonso XIII mantuvo sus gestiones hasta el último momento.




0 comments:

Post a Comment

ban nha mat pho ha noi bán nhà mặt phố hà nội