Saturday, January 5, 2013

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Tal día como hoy, mientras en España brotaba el fratricidio al servicio de la guerra, nacía en Roma el infante Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias. Desde una temprana edad, estuvo expuesto a vincularse con un país que no conocía,  y que empezó a amar desde la distancia. El joven Juan Carlos tenía la misión junto a su padre de restablecer la monarquía en España. Una monarquía parlamentaria en un sistema democrático siendo rey de todos los españoles, un rey que reconciliara a las dos Españas que habían abierto las venas del país, dejando derramarse la sangre que por ella corría.

Para su preparación, Don Juan, hizo educarlo con disciplina y a golpe de renuncia, para que consiguiera un carácter fuerte que le hiciera soportar las pesadas cargas que le depararía el cargo. Así pues, mientras estuvo interno en un colegio en Suiza, prohibió a Maria de las Mercedes, madre de Juan Carlos, que no lo llamara por teléfono durante las primeras semanas.
Mientras tanto, surgían las negociaciones con Franco, ya que éste sabía que la dictadura recaería en manos de la monarquía, pero varios eran los pretendientes a ocupar el puesto. De este modo, por las discrepancias con el general, Don Juan , sabía que fue hijo y podría ser padre de rey.

La búsqueda de una esposa para el nieto del exiliado monarca acabó cuando en 1954 se casó en Atenas con S.A.R. Doña Sofía, princesa de Grecia y de Dinamarca. Alegrado quedó el Conde de Barcelona al saber que Franco estaba disgustado con el matrimonio, ya que ella provenía de un país ortodoxo.

Fue, a mi parecer, en 1968, cuando, en una visita de Victoria Eugenia, viuda de Alfonso XIII, a España, se determinó quién sería el futuro rey. Se entrevistaron en una recepción que hicieron los duques de Alba en el palacio madrileño de Liria, la reina consorte con Franco, en la que al término de la conversación, ella le hizo prometer que su nieto sería el futuro rey. Así pues, a su muerte en 1969, el General tomó la determinación de nombrar como sucesor con el título de rey al que sería y es Juan Carlos I.

La coronación llegaría un día después de la muerte del Caudillo. Las puertas al mundo se abrieron dejando atrás una época oscura y nostálgica. Tiempos difíciles corrían por aquel entonces, en el que todavía existía la brecha siempre presente entre unos y otros. Con una mezcla de esperanza y temor, comenzó una nueva etapa que, a pesar de la actual crisis económica, pasará a la historia como el periodo más largo de paz, convivencia, libertad y prosperidad que han conocido los españoles. La soberanía se cedió de nuevo al pueblo, que a votar iría con las elecciones de 1977. Con la Constitución de 1978 y un gobierno democrático como era el de Adolfo Suárez, en España, no se acabaría con los fantasmas del pasado hasta aquel acontecimiento de últimas de Febrero, donde los únicos tres hombres que se enfrentaron en el Congreso, mientras el resto de diputados obedecieron a Tejero, fueron el General Gutiérrez Mellado, ministro de defensa durante la transición; el entonces presidente del gobierno, que en ese día le sucedería Calvo Sotelo; y el presidente del partido Comunista, Santiago Carrillo. Por su parte, aquella noche de tensión, fue calmada con la retransmisión de un discurso del monarca, alegando su repulsa y la confianza en la estabilidad del nuevo sistema.

La evolución, con la entrada en la OTAN, en la CEE y el hecho de tener un gobierno socialista con un rey, era frenética. Cosa impensable diez años antes. Y ya sería en 1992 cuando se dejó claro al mundo la situación de una España moderna y avanzada, dejando en el pasado la España de la alpargata, rural y subdesarrollada, con la Exposición Universalde Sevilla y las Olimpiadas de Barcelona, las mejores hasta la fecha.

Escuchaba yo ayer a Antonio Gala, escritor al que le guardo una alta estima, entre otros, en un programa especial de RTVE que relataban, las personas de la quinta del rey, cómo había evolucionado el país, cómo se identificaban y qué legado dejarían. Y éste alegó que estamos pasando una crisis fatídica, pero no todo es dinero, nuestra riqueza cultural, nuestra pasión, nosotros mismos. “Hay que mantener la alegría y manifestarla, tenemos la obligación de ser españoles”

Por último, felicito a su majestad el rey de España, Juan Carlos I, en su 75 aniversario, para que siga con el cumplimiento de sus obligaciones. Agradecidos por su labor y servicio a su país. ¡Viva España! ¡Viva el Rey!



Sire

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