"Recuerda que cuando abandones esta tierra, no podrás llevarte contigo nada de lo que has recibido, sólo lo que has dado". San Francisco de Asís
Fue un compendio de libros los que, agrupados en un todo, bajo la palabra de Dios, se convirtió en el libro más traducido, vendido y leído por el mundo entero. La explicación, que bajo la interpretación se le da, a un nacimiento del mundo, del hijo del Padre, de las alegrías y sangrientas penas que memoran sus páginas, cumple con la controversia de todos aquellos que firmes, plantan cara a las historias de la historia de una civilización pasada.
Está por tanto la Biblia en el ojo de mira constante de la polémica actualidad que indaga en lo superfluo para hacer fuego de las astillas. Buscan la errata minuciosamente en las últimas ediciones, sin atender a la metáfora, sino tan solo a misógina y cruel apariencia que rezuma, y no lo duden, las letras del antiguo testamento.
Los constantes ataques que recibe no son más que simples anécdotas contemporáneas donde la Iglesia intenta dar a conocer la realidad del asunto. Un asunto que no intenta ser, ni por asomo, un tratado científico, sino que sus pretensiones son las de dar testimonio de la relación que aguarda el hombre con Dios.
Desde el Pentateuco se narra el fratricidio, las venas abiertas donde corren ríos de sangre de sociedades regidas por un sistema patriarcal. El sufrimiento como medio de justicia y la condena que supone no seguir la doctrina que los profetas auguran, tiñéndose, bajo un manto mesiánico las barbaridades acontecidas durante siglos en la ribera del Jordán o Eufrates.
Por todo ello, ante el caos, llega a la novela el Hijo de Dios, que hecho carne del Verbo, impuso el perdón, cosa inédita hasta el momento. Armado de valor, fue con su propia voz, el que mandó a arrimarse al reino de los cielos, donde tras la muerte las puertas se abrirían, y los buenos de espíritu, arrepentidos de todo mal, gozarían de la gloria de Dios Padre.
Un revolucionario que por medio de la solidaridad y del resto de valores cristianos quiso cambiar a esa sociedad barbárica, convirtiendo la igualdad y fomentando el respeto en ejes de un nuevo pensamiento. No lo crean por ser por lo que El sabio que alistando a sus doce apóstoles, evangelizó medio mundo, junto a su madre la Virgen , María Magdalena y el Espíritu Santo.
Y entonces es cuando, el Antiguo, se convierte al Nuevo, al nuevo modo de pensar, a las nuevas costumbres, a la nueva vida.
Dicen que la Biblia es misógina, no estoy muy de acuerdo en tal sentencia, pues las mujeres están tan presentes desde el inicio como los hombres. Incluso en la Santísima Trinidad , unión de Padre, Hijo y Espíritu está presente. Sí, el Espíritu Santo es femenino, ¿o acaso no se representa con la Blanca Paloma , como se le dice en el sur a la Virgen del Rocío? ¿No es la madre de la Iglesia una mujer, venerada y respetada? ¿No es María Magdalena una de las mujeres más unidas a la vida de Jesucristo, que como pecadora es salvada de aquel arcaico sistema que la condenaba a la lapidación?
Sire
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