Libertad al pasar página

Abogados de la libertad, de la igualdad y del respeto. Hijos de la fraternidad y de la comuna que ponen a disposición del trabajo la caridad valiente de los valores humanos. Hermanos todos:

Condena la mía por decir lo que pienso, por encargarme de subir al asta aquella bandera callada y sumisa, que guardada durante la represión soñaba con lucir algún día y mostrar sus llamativos colores al mundo entero. Pasando la época triste y gris, de aquellas imágenes en blanco y negro y telediarios que decoraban con insinuantes palabras las desventuras de un barco hecho astillas, de cuando él mismo se prendió fuego; rescataron aquella insignia natural y humana como la libertad, la expresión y el arte, quizá deshumanizado...palabras que en fratricidio me arriesgo a familiarizar.

Dicen que los escritores nacen, aunque también por necesidad, muchos de ellos se hacen, que era la literatura nuestra impronta fiel donde expresar, imaginar y sentir el amasijo de letras que al trago a unos les sienta mejor que a otros.
En confrontación pensaron entrar, porque me refería a lo que deleznable le sucumbía. Y sin embargo, en lo alto, las opiniones siempre vivas que no se casan con nadie. Faltaría excusarme y dar rienda suelta a motivos que me compadezcan, pero en absoluto daré, si varios han sido, tributos a tales plegarias.

La vida sigue, y un placer fue esa bella época de preludio en la que audaces invertían diminutas gotas de su tiempo. Sin salirme del contexto, pasaremos la página, y con buen recuerdo acordaré de tales. Un placer caballeros, un placer.

Sire