¡Dios salve a la Reina!

Ya tuvimos ocasión de felicitar en forma de publicación en esta sección de Pequeño Tributo al Rey de España, por su aportación y dedicación, como árbitro en el juego de la democracia y como defensor de la misma, por su profesionalidad y conseguir siempre buenos resultados como el mejor de los embajadores, llevando la roja y gualda allá donde sople el viento. Pero todo ese trabajo, que ha sido su historia y la nuestra, no la ha hecho solo. Siempre ha habido una persona a su lado, que tal día como hoy, hace setenta y cinco años nacía en Grecia. Y es por eso por lo que en esta ocasión este Pequeño Tributo se lo dedicamos a Su Majestad la Reina.

Doña Sofía, hija de los Reyes Helenos, deja el correr por sus venas la realeza de los zares, de los emperadores alemanes, monarcas daneses, suecos e ingleses. Nació siendo grande, y batalló desde los primeros días por sobrevivir bajo la amenaza del comunismo que perseguía a su familia y la Segunda Guerra Mundial. Entre bombardeos estudió en internados de la vieja Europa como si no fuese nadie. En el Agamenón conoció al hijo de los Condes de Barcelona, otra de las familias ninguneadas en el exilio que habían luchado y sufrido por mantenerse a flote en unos tiempos donde todos estaban en contra de todos. El turbulento siglo XX hizo y deshizo a su antojo, maniató conductas y creó falsas libertades, oportunidades y quehaceres. No sería hasta un tiempo después cuando los dos príncipes volverían a encontrarse…y a enamorarse.

Fue entonces cuando Doña Sofía, casándose con Don Juan Carlos, se convirtió en Princesa de Asturias aunque él no podía prometerle más que un futuro incierto. Fue feliz, ella confiesa, durante los años de la dictadura, cuando su familia estaba unida ante los problemas y adversidades, ante el enemigo. Su papel como mujer no se queda en la realeza, es madre, madre de sus hijos y de España entera. Con su sonrisa cautivadora, con su máxima profesionalidad en todo momento y lugar. Embajadora de la cultura, del arte, de las letras, de la solidaridad y de la innovación. Su Majestad está allí, siendo ejemplo de conducta. Intachable. En todos los momentos de nuestra reciente historia. Ha estado en contacto con el dolor, y sus lágrimas fueron el reflejo de la tristeza y amargo pésame que sufría España entera.

Su Majestad, consorte, ha sido también abuela, esposa, trabajadora, amiga y fiel servidora desde la cuna. No ha olvidado su papel desde que nació hasta la actualidad. “Un rey debe estar siempre donde esté su pueblo, pero no vale con estar, también hay que hacer”. Es amante de los animales y una concienzuda vegetariana. Ha subido a lomos de un burro, ha roto el protocolo por acariciar a algún gato curioso y ha donado algún que otro animal que un jefe de Estado le regaló a ella.

Ha bailado en las tribus africanas y ha estado en hospitales de campaña. Amiga del genial Rostropovich siempre que podía iba a sus conciertos, encantada con la música del violonchelo. La Fundación que lleva su nombre es una de las muestras y guiños que su persona hace a la cultura de este país, al fomento de la intelectualidad y de las bellas artes.

Su Majestad La Reina Sofía, es una figura clave en nuestra historia y nuestra vida. Porque ha luchado como nadie por este país. Por su labor intachable y lealtad. Le deseamos, desde Rincones de Amago, un feliz cumpleaños ¡Dios salve a la Reina!

Sire