Estamos labrados con la misma mano, con la mano divina. Desde tiempos atrás, desde aquel momento en que Eva le dio el fruto prohibido a Adán, querían marcarnos que había una diferencia sustancial entre el hombre y la mujer. Pero ¿Eso quedó en el pasado o sigue hoy en nuestros días?
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Tiene varias obras en las cuales destacan Sexo y filosofía (1991), La política de las mujeres (1997), Feminismo en un mundo global (2008), pero sin lugar a dudas la que vino a revolucionar todos los planteamientos e ideales que teníamos acerca de las mujeres fue el de El Derecho al Mal (1980).
¿Por qué las mujeres debemos seguir un estándar moral al del resto de las personas? ¿Acaso somos más personas que los hombres? La medida justa es la universalidad, como ella misma lo plantea.
Amelia habla acerca de un pensamiento diferente al que nos han impuesto, ¿Por qué las mujeres tenemos que ser buenas? Cuando nos planteamos una simple pregunta de ¿Ella es buena persona? Con facilidad tanto hombres como mujeres podemos contestar a un perfecto si o un rotundo no, no hay mayor complicación en una pregunta tan sencilla, pero si replanteásemos nuestra pregunta a ¿Ella es una buena mujer? Las caras se ponen escépticas, la gran mayoría no sabría qué contestar a primera instancia, tienen que reformular sus respuestas. ¿Por qué tanto problema a una pregunta así? ¿Acaso la mujer sobrepasa el término de persona, está sobre él?
El papel de la mujer es muy duro, porque no solamente debe de ser precavida al hablar, sino también al caminar, al preguntar, hasta al bostezar; ¿Por qué los hombres no se ven mal al decir una cantidad estratosférica de vulgaridades y la mujer si? ¿Dónde está escrito?
¿Qué pasará el día en que la mujer se canse de ser buena? Estamos en un mundo donde ya no somos iguales, somos equitativos y así como los hombres pueden matar con violencia, pueden gritar barbaridades y pueden hacer el desorden que gusten, ¿Por qué la mujer no?
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"Yo no quiero competir con los varones, quiero la mitad de todo. Quiero cambiar el orden completo, para que el orden completo prevea que es justo que nosotras tengamos la mitad de todo" Palabras dichas por la mismísima Amelia Valcárcel.
Anely Civy
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