[...] y todavía recuerdo, al trote de los días, aquella mágica velada nocturna por el barrio embrujado que era y sigue siendo el Albayzín.
Acostumbradas estaban sus callejas a recoger peregrinos del insólito mundo, que buscaban el gusto, todavía impreso, de la morería. Entretenidos bajábamos sus cuestas y a oscuras esquivábamos los pulidos adoquines y losetas que conformaban el camino.
El olor, el sabor y la compañía de un buen tiempo eran el contexto que marcaba nuestro paso.
Seguíamos con la charla, cuando sin previo aviso, en el lado oscuro, en la penumbra de aquella sombría plaza, mirador donde lo haya: la vista directa viajaba hasta la majestuosa mole que sobre la colina se alzaba.
Los tupidos y árabes rojizos de la Alhambra iluminados con el brillo de la luz y el de la luna. Granada al fondo; al fondo Granada.
Silencio voraz y compartido entre todos los allí presentes que disfrutaban sin tomar palabra de la magna sinfonía, delicia para los ojos donde no se nublaba ni en un instante la vista.
Como bien dijo el maestro, Antonio Machado: todas las ciudades tienen su encanto, Granada el suyo y el de todas las demás
Sire
Sobre la noche del 22 de septiembre de 2012. Escritos personales.
Acostumbradas estaban sus callejas a recoger peregrinos del insólito mundo, que buscaban el gusto, todavía impreso, de la morería. Entretenidos bajábamos sus cuestas y a oscuras esquivábamos los pulidos adoquines y losetas que conformaban el camino.
El olor, el sabor y la compañía de un buen tiempo eran el contexto que marcaba nuestro paso.
Seguíamos con la charla, cuando sin previo aviso, en el lado oscuro, en la penumbra de aquella sombría plaza, mirador donde lo haya: la vista directa viajaba hasta la majestuosa mole que sobre la colina se alzaba.
Los tupidos y árabes rojizos de la Alhambra iluminados con el brillo de la luz y el de la luna. Granada al fondo; al fondo Granada.
Silencio voraz y compartido entre todos los allí presentes que disfrutaban sin tomar palabra de la magna sinfonía, delicia para los ojos donde no se nublaba ni en un instante la vista.
Como bien dijo el maestro, Antonio Machado: todas las ciudades tienen su encanto, Granada el suyo y el de todas las demás
Sire
Sobre la noche del 22 de septiembre de 2012. Escritos personales.
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