De estás conversiones que sólo puedes tener delante de un café…
Él, como siempre, la miraba con esa ternura que une a dos personas desde sus primeros años. Ella, como siempre, echa un mar de dudas, y con ganas de que alguien le caliente las manos con el candor de esa vieja amistad.
-¿Cómo estás?-
-Tengo algo que contarte, aunque creo que ya lo sabes…
-Es él, algo intuía.
-Entonces, ¿tú que dices?
-…-
Silencio, no había más que decir, no por ahora.
Liz
Él, como siempre, la miraba con esa ternura que une a dos personas desde sus primeros años. Ella, como siempre, echa un mar de dudas, y con ganas de que alguien le caliente las manos con el candor de esa vieja amistad.
-¿Cómo estás?-
-Tengo algo que contarte, aunque creo que ya lo sabes…
-Es él, algo intuía.
-Entonces, ¿tú que dices?
-…-
Silencio, no había más que decir, no por ahora.
Liz
0 comments:
Post a Comment