Hoy deberíamos adentrarnos en uno de los idiomas más universales del ser humano: el de la admiración.
En un mundo que se deshace y desploma por momentos, donde la libertad tiene precio y exige propina, donde la inconsciente población se abandona al cinismo consumista y su irresponsabilidad globalizada, donde ser diferente es casi un delito y tener una forma crítica y propia de pensar genera rechazo de la masa, pocas, muy pocas razones nos quedan para tener fe en un futuro mejor.
Y sin embargo, a tan temprana edad estoy comenzando a entender que este torbellino incongruente que es la vida nunca deja de sorprenderte, porque hay personas que, muy lejos de perder la fe, vuelcan toda su vitalidad en transformar este mundo habitado por mentes no pensantes.
Hablo, como no podía ser de otra forma, de la llamada "mente más joven de España", una mente de 95 años cuya actividad cerebral bien podría pasar por 60, o 70. Un hombre que es una auténtica fuente de inspiración para cualquier humanista, para cualquier persona y sobretodo para mí mismo.
Hablo de una persona nacida en 1917, fecha emblemática donde las haya que ya parece sugerir, desde el momento en que nace este héroe sin capa ni espada, qué tipo de persona ha visto llegar pataleando, llorando y ya disidiendo a este mundo.
Hablo de un escritor, economista y humanista que desde que aprendió a empuñar una pluma aboga por una economía "más humana, más solidaria, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad de los pueblos" y que posee una sabiduría y una cultura que a mí siempre se me han antojado infinitas.
Hablo, por supuesto, de un catedrático que ha recibido numerosos premios a nivel nacional e internacional (Doctor Honoris Causa, medalla dela Orden de Carlomagno, Orden de las Artes y las Letras de España, y un largo etcétera), que fue profesor de economía de muchos políticos importantes para momentos importantes del país (como la Transición ) y que, pese a que fue perseguido por sus ideales, "nunca me dejé tragar por el sistema".
Hablo de un individuo que es en sí un canto a la vida, un arriero a paso corto cargado de moral y esperanza, de ganas de mejorar el mundo.
Hablo también del primer intelectual que apoyó el movimiento de los llamados "indignados", movimiento disidente del sistema capitalista que, pese a perder credibilidad internacional debido a un puñado de indecentes pseudo-simios y a la coartación de los medios de comunicación, sigue muy vivo y es aplaudido constantemente por él.
Hablo, como habréis adivinado ya, de José Luís Sampedro, un hombre que desprende humanidad por todos sus poros. Escritor de los que ya no quedan, pensador único y sobretodo, mi mayor fuente de inspiración para creer que otro mundo es posible, que esta realidad no es una habitación de cuatro costados cerrada herméticamente a las utopías.
Por todo eso y mucho más que no sabría expresar con palabras, gracias. Muchas gracias Maestro.
Y sin embargo, a tan temprana edad estoy comenzando a entender que este torbellino incongruente que es la vida nunca deja de sorprenderte, porque hay personas que, muy lejos de perder la fe, vuelcan toda su vitalidad en transformar este mundo habitado por mentes no pensantes.
Hablo, como no podía ser de otra forma, de la llamada "mente más joven de España", una mente de 95 años cuya actividad cerebral bien podría pasar por 60, o 70. Un hombre que es una auténtica fuente de inspiración para cualquier humanista, para cualquier persona y sobretodo para mí mismo.
Hablo de una persona nacida en 1917, fecha emblemática donde las haya que ya parece sugerir, desde el momento en que nace este héroe sin capa ni espada, qué tipo de persona ha visto llegar pataleando, llorando y ya disidiendo a este mundo.
Hablo de un escritor, economista y humanista que desde que aprendió a empuñar una pluma aboga por una economía "más humana, más solidaria, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad de los pueblos" y que posee una sabiduría y una cultura que a mí siempre se me han antojado infinitas.
Hablo, por supuesto, de un catedrático que ha recibido numerosos premios a nivel nacional e internacional (Doctor Honoris Causa, medalla de
Hablo de un individuo que es en sí un canto a la vida, un arriero a paso corto cargado de moral y esperanza, de ganas de mejorar el mundo.
Hablo también del primer intelectual que apoyó el movimiento de los llamados "indignados", movimiento disidente del sistema capitalista que, pese a perder credibilidad internacional debido a un puñado de indecentes pseudo-simios y a la coartación de los medios de comunicación, sigue muy vivo y es aplaudido constantemente por él.
Hablo, como habréis adivinado ya, de José Luís Sampedro, un hombre que desprende humanidad por todos sus poros. Escritor de los que ya no quedan, pensador único y sobretodo, mi mayor fuente de inspiración para creer que otro mundo es posible, que esta realidad no es una habitación de cuatro costados cerrada herméticamente a las utopías.
Por todo eso y mucho más que no sabría expresar con palabras, gracias. Muchas gracias Maestro.
Humanista incomprendido
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