El camino hacia la vida

El camino hacia uno mismo es la opción más difícil, pero dota al hombre de la fuerza suficiente para poder preguntarse seriamente sobre qué es la felicidad. Todos estamos convencidos de que la misión de nuestras vidas es buscarla, buscar algo que no sabemos qué es, que no sabemos siquiera cuando llegará, buscamos algo ajeno a nosotros en vez de buscarnos a nosotros mismos.

Este es el error que ha atormentado al hombre a lo largo de la historia. Unos afirmaron encontrar la felicidad en el placer, otros más atrevidos en el poder, pero jamás llegaron a preguntarse qué esperaban de esa felicidad en sus vidas.

Todo tan complejo y a la vez tan sencillo:

¡Amad, amad todo lo que hagáis en vuestras vidas! No incurráis en la comodidad del cobarde, sólo los fuertes de espíritu serán capaces de llevar a cabo esta hazaña que tan ignorada ha sido en esta vida, pues todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal. Buscad la fuerza, buscad el amor, buscad la felicidad para más tarde encontrar la vida. No neguéis aquello inmanente al hombre y asumid vuestra naturaleza destinada al fracaso y a la mayor de las glorias, solo así seréis capaces de vivir para la vida, sólo así podréis justificar la muerte.

En la diferencia está la virtud, pulid vuestro interior hasta encontraros vosotros mismos, seréis asi un único ‘’yo’’ en un mundo plagado de hombres que son unos de tantos. Únicos, puros, pues ahí está la belleza, en la pureza del hombre que a pesar de las circunstancias aun es capaz de amar, de sentir, de ser él mismo en contradicción contra su alrededor.

Tres pasiones, simples pero abrumadoramente fuertes, rigen la vida: el anhelo de amor inmenso, la búsqueda del conocimiento y la insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad, tres pasiones ocultas por el encantador velo del terror de asumir la arbitrariedad de la naturaleza.

Desead lo imposible, sumíos en la locura, pues el mundo de la imaginación es mucho más grande y productivo que el mundo real y siempre toda locura encubre algo de razón.

Lobo Estepario