Agonía y debilidad
al saber que estás lejos de mí
Que no puedo acariciar
tu vetada piel
y el frío que la cubre
con helor de invierno.
Agonía y debilidad
el escuchar de ti
el saber que otros
te ansían y te quieren
pero no tanto como yo.
Porque siempre has estado
desde la concepción de mi memoria
acompañando cada paso
y siendo llave a un jardín
perdido y dedicado
a la evasión de un alma
que surcaba el mar
como un náufrago a la deriva.
Has sido el albatros, la luz
y el mapa de un mundo perdido,
encontrado al frotarte y sentirte
acariciarte y rozar,
anclarte en mi ser
y firmes anchar mi corazón
que late fuerte
para que la sangre fluya
y tinte tu madera.
Tu polvo dorado que se esparce
al fundir con fuerza la armonía
cuando lloras de alegría
y como un ciervo o un alce
das tu cornamenta surcando entre el silencio.
Porque mi alma está hecha
de partes de ti, como un puzzle
entre tantas piezas
que se ha encajado y
no se despega.
Agonía y debilidad
al saber que ahora no te tengo
pero que te alcanzaré
y como en los viejos tiempos
seremos uno.
Una única bondad, arrogante
y elegante.
Como la música lo exige.
Lovelace
al saber que estás lejos de mí
Que no puedo acariciar
tu vetada piel
y el frío que la cubre
con helor de invierno.
Agonía y debilidad
el escuchar de ti
el saber que otros
te ansían y te quieren
pero no tanto como yo.
Porque siempre has estado
desde la concepción de mi memoria
acompañando cada paso
y siendo llave a un jardín
perdido y dedicado
a la evasión de un alma
que surcaba el mar
como un náufrago a la deriva.
Has sido el albatros, la luz
y el mapa de un mundo perdido,
encontrado al frotarte y sentirte
acariciarte y rozar,
anclarte en mi ser

que late fuerte
para que la sangre fluya
y tinte tu madera.
Tu polvo dorado que se esparce
al fundir con fuerza la armonía
cuando lloras de alegría
y como un ciervo o un alce
das tu cornamenta surcando entre el silencio.
Porque mi alma está hecha
de partes de ti, como un puzzle
entre tantas piezas
que se ha encajado y
no se despega.
Agonía y debilidad
al saber que ahora no te tengo
pero que te alcanzaré
y como en los viejos tiempos
seremos uno.
Una única bondad, arrogante
y elegante.
Como la música lo exige.
Lovelace
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